sábado, 11 de junio de 2011

La Amistad

La Amistad es el mejor sentimiento que una persona puede tener.
Es aquello que vive en el último rincón del planeta esperando la valoración de alguien. Miles de personas recorren esa esquina cada día y nadie se detiene, nadie fija su mirada en tan insignificante ser. Porque en este mundo en el que nos regimos por el deseo de tener, dar
... no es importante, y nadie quiere ser amigo.
Pero yo recuerdo el día en que le di una oportunidad. Le ofrecí mi mano y como no quiso levantarse, supongo que de pasar tanto tiempo allí ya se había acostumbrado, pues me senté con ella. Y empezamos a charlar. Poco a poco mi confianza era nuestra, y no quedaban secretos entre nosotras. Ni faltaban palabras de apoyo.
Y seguía pasando la gente. Iban todos tan entretenidos que apenas escuchaban el sonido de nuestras voces. Podía verse como sus pies se movían sin ritmo ninguno, sin destino, hacia el horizonte, por el simple hecho de llegar hasta el final. Sin compañía, sin nada que ofrecer a otros.
Nosotras seguíamos conversando, ausentes a la realidad. Me contaba que es conocida de oídas en casi todo el mundo. Que suele aparecer en sueños de la gente, que a veces pasea por sus mentes, que se la cita en algún que otro escrito, pero que no ha sido aún parte de ningún corazón, que no ha llevado siquiera un latido su nombre.
Me decía que cuando la empiezan a conocer y ya casi saben su nombre, se interesan por su hermano, el Amor. Ambos tienen la misma raíz, sus padres, A y M, pero su hermano suele caer mejor. Además su nombre es más corto, y su estancia en los corazones también, por lo cual tiene más tiempo para conocer gente y es más fácil conocerlo a él. Ella, según dice, si se entrega se entrega para toda la vida, y nunca ha encontrado a nadie que busque este destino. Me empieza después a hablar sobre su hermano, el bala perdida. Se ríe cuando recuerda algunos momentos que él le ha contado, pues dice que a veces, cuando está en la cama con alguien suelen confundirlo al pedirle cosas indecentes, lo llaman Sexo. Y que cuando intenta ser más solidario y compartirse, siempre acaba mal. Ella cree que realmente casi siempre lo confunden con Sexo, solo que él no quiere ser consciente para no hacerse más daño. Y que aunque él lo niegue, lo que quiere no es compartirse, sino tenerlo todo para él.
De fondo sigue habiendo pasos y ella continúa hablándome con su melodiosa voz. Continúa contándome cosas de su hermano, con el que he coincidido varias veces en la vida, y al que actualmente conozco bastante bien. Es cierto lo que dice ella, está un poco loco y a veces no sabe lo que quiere, pero la indecisión y la locura son ambos dos ingredientes más de esta vida y además la hacen entretenida.
La verdad es que me habló mucho más sobre sí esta gran desconocida, pero solo os la he podido presentar superficialmente ya que prometí no contar a nadie sus secretos. Creo que sigue esperando en aquel rincón donde la dejé. He quedado en visitarla de vez en cuando para que no se olvide de mí, así si quieres en la próxima visita puedes acompañarme, o si no quieres esperar, puedes ir hoy mismo a conocerla, tampoco está tan lejos.

lunes, 6 de junio de 2011

El regalo

La vida es un regalo. Es el mayor regalo que nadie jamás ha abierto. Es un beso, una caricia, un susurro placentero, es un abrazo aún sin entregar. Es una palabra de apoyo en el momento adecuado, las ganas de seguir cuando estás al final de la carrera, el gusto por saltar ante el abismo. La vida está en la sonrisa de un niño, en la mirada de una niña, en una bella poesía, en cada uno de los paisajes que encierran nuestros ojos.
Y es relativa, puede verse en el mayor paraíso que puedas pensar, pero puede encontrarse también en la estrella más pequeña, aquella diminuta casi imperceptible.
La vida es un regalo. Es el mayor regalo que nadie jamás ha abierto. Es realmente una caja de regalos de esas con otras cajas más pequeñas en su interior. Y más y más, al estilo muñeca rusa. Imagina, sueña.
Abres la primera caja y ves la bola del mundo. Una bola uniforme, sin manchas, igual en todos sus lados. Sin diferencias entre África y Estados Unidos. Con igualdad entre sus habitantes. Una bola grande, bella, con maravillosa vida en su interior.
Decides abrir la siguiente caja y ves que hay miles de personas. Algunas te suenan y a otras te encantaría conocerlas. Representa tu país. Todos dialogan, algunos se dan muestras de cariño, y encima de una tarima, otros guían hacia un acuerdo que nos hace avanzar. Es la vida.
Pero no te quedas ahí, y vuelves a buscar la siguiente caja y la próxima, y algunas más. Llegas a una caja algo más pequeña, y en ella te espera tu familia, tus amigos, tus mascotas si es que tienes, tu pareja o alguna persona especial. Todos vuelven a decirte lo mucho que te quieren, y a recordarte cada uno de los momentos que pasasteis juntos. Sonriendo les dice que la vida es larga, y que queda mucho que pasar a su lado.
Vuelves a la aventura, sigues abriendo cajas. Y llegas a la última. Un espejo. Un espejo algo deteriorado pero con una apreciada belleza, de esas de cuento: tu reflejo. Ves que la última caja que te esperaba, la más pequeña, era precisamente este instante. Era el punto y final de este escrito. El comienzo de otro: tu vida, el más bonito relato y tú con suerte como protagonista.